DOS PAPAS
Director: Fernando Meirelles
Artistas: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi
País: Reino Unido
Año: 2019
Contenido: Ok, Mayores
Argumento
Película que imagina un supuesto encuentro en Roma del papa Benedicto XVI, con el cardenal de Buenos Aires Jorge Bergoglio. Éste tiene la intención de presentar su renuncia al pontífice como obispo, pero el otro le tiene reservada una sorpresa, dar paso a un nuevo Papa haciendo historia.
El guionista Anthony McCarten se ha especializado en historias basadas en carismáticos personajes reales. Ahora, con el esquema de “habría podido ocurrir así”, arroja su mirada al papa Francisco y a su predecesor emérito, y el resultado combina momentos brillantes junto a otros que no lo son tanto.
Desde el punto de vista de la producción, la película resulta más que notable. Realmente parece que nos movemos por las estancias vaticanas, incluido el imponente marco de la Capilla Sixtina, donde se desarrollan los dos cónclaves en que uno y otro papa acabarán siendo elegidos, con la consiguiente fumata blanca y el ritual del “habemus papam” en la Plaza de San Pedro en Roma.
Pero, por supuesto, estamos ante una historia de dos personajes, que de entrada tienen un carácter bien diferente, Joseph Ratzinger es alemán, Jorge Bergoglio argentino, y con los que se quiere jugar al contraste, para lograr intensidad dramática. Y el film está estructurado alrededor de las conversaciones que ambos mantienen, en Castelgandolfo y en el Vaticano, intensificando las diferencias.
Y es aquí donde a ratos la trama resulta un tanto fallida, pues dentro de que se puede entender que hay discrepancias en la forma de entender el servicio ministerial dentro de la Iglesia, se acaba cayendo en simplismos, con el estereotipo “conservador versus progresista”, y también en la personalidad “sabio solitario en las nubes versus hombre del pueblo”. Para el que haya seguido de cerca a ambos personajes, sabrá que Ratzinger tiene muchos y buenos amigos, y que le caracteriza una dulce timidez, y que a Bergoglio el papado le cambió y le volvió inesperadamente risueño y cercano, pues antes era muy adusto. Y pretender que la renuncia de Bergoglio como obispo podía caer mal ante la opinión pública y dejar mal al Vaticano es pretender que Bergoglio era muy conocido por la gente de a pie, lo que no era el caso, incluso en Argentina.
Pero la premisa del film parece clara, hay uno que se ha quedado anclado en el pasado, y que hasta se deja llevar por la vanidad, mientras que el otro está en diálogo con el mundo, y es un hombre sencillo y humilde. Se intenta que esto no sea demasiado evidente, ninguno de los dos es perfecto, pero pueden cargar los planos insistentes de miradas perplejas de Bergoglio a Ratzinger, como si se estuviera diciendo a sí mismo, “pero este hombre qué pasa, que no tiene los pies en el suelo”, o algo semejante. (Almudí JD).
Datos
1. «El filme, si bien es una recreación ficticia basada en hechos reales, adolece de algunas inexactitudes y condensa artísticamente una serie de lugares comunes sobre Francisco, Benedicto XVI y la Iglesia. No lo hace de forma desabrida o amarga, incluso deja bien parados a los dos Papas, haciendo una presentación atractiva de ellos, por lo menos en una primera impresión y, solo más tarde, a uno le entra la inquietud por esa mutua “confesión”. No se trata entonces de un documental, de una profundización histórica, sino de una presentación bien lograda de los clichés habituales en la prensa eclesiástica y de las sospechas de muchas personas. Los que tenemos la fortuna de tener testimonios de primera mano sobre Ratzinger-Benedicto XVI, sabemos que no es como nos lo pinta la película. Un buen hombre, con recta intención, de fe profunda, marcadamente rígido, intransigente y conservador, “el rottweiler de Dios”, que termina experimentando una conversión al contacto con Bergoglio. Se trata de la imagen estereotipada que los medios nos han transmitido de él, que no es fiel a la verdad. Otros errores teológicos, comprensibles porque quien hace películas no tiene por qué saber teología, consisten en sostener que los divorciados vueltos a casar están “excomulgados”, que no se habla de los ángeles hasta el siglo V o que el celibato se instituyó en el siglo XII. Todos ellos errores de bulto que cualquier bachiller en teología podría reconocer, no así el gran público al que va dirigida la película. …» (P. Mario Arroyo)
2. Los críticos enfatizan que el filme cinematográfico no representa con precisión al Papa Benedicto XVI y al Papa Francisco, y en cambio refleja un enfoque ideológico de ambos.
3. Es una película bien hecha pero con muchas inexactitudes que pueden confundir al espectador. Hay mucha especulación fantasiosa.
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