Director: Cristina Comencini
Artistas: Virna Lisi, Margherita Buy, Valentina Chico, Galatea Ranzi, Massimo Ghini, Tchéky Karyo
País: Alemania, Francia, Italia
Año: 1996
Contenido: Ok, Mayores y Menores
Argumento
Tras el éxito editorial de Donde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro, llega ahora su adaptación al cine, realizada hace tres años por Cristina Comencini (Zoo, I divertimenti della vita privata, La fine é nota), hija del famoso director italiano Luigi Comencini.
Marta, una joven introvertida que no conoció a su padre y cuya madre murió siendo ella muy niña, regresa de Estados Unidos a Trieste para el sepelio de su abuela Olga, con la que mantenía desde hacía años un férreo pacto de silencio. Ahora, las turbadoras estancias vacías de la casa familiar enfrentarán a Marta con dolorosos sucesos del pasado, sobre todo cuando descubre un diario de su abuela, compuesto por decenas de cartas dirigidas a la propia Marta. En él, la abuela va abriendo su corazón a la nieta, hasta hacerle partícipe de los secretos que marcaron trágicamente su infancia, su mediocre matrimonio y las tensas relaciones con su hija Ilaria -la madre de Marta-, una mujer problemática y frágil a la que Olga no supo ayudar en los agitados años sesenta.
El guión afrontaba los difíciles retos de dar continuidad temporal y espacial a la fragmentaria estructura impresionista de la novela, plagada de idas y venidas, y de encontrar un cauce coral al permanente monólogo. Las guionistas han salido airosas de esos desafíos gracias a una esmerada recreación de atmósferas, una rigurosa definición de personajes y un desvelamiento progresivo de las intrigas dramáticas que generan las relaciones entre ellos.
Esta solidez literaria se completa con una puesta en escena muy rica en recursos fílmicos y con un detallista tempo lento, que recuerda al estilo contemplativo de Ingmar Bergman o de Víctor Erice. A Comencini le falta todavía el vigor y la hondura de esos maestros del melodrama intimista; pero su realización evidencia un elogiable esfuerzo por encontrar, para cada situación dramática, el encuadre, el movimiento, la iluminación, la forma de transición, el contrapunto musical o sonoro que más le conviene. Esto resalta el trabajo de los actores, todos ellos convincentes, aunque la espléndida interpretación de Virna Lisi -la abuela-, a veces eclipsa a los demás.
Para distanciarse de la polémica que generó la novela, la directora ha remarcado que su principal objetivo ha sido “evitar el sentimentalismo”, adoptando un tono “emocionalmente más contenido y más carnal” que el de la obra original. Así salva casi siempre la tentación de la sensiblería; pero, a la vez, quizá rebaja un poco la fuerza emotiva de la novela y, desde luego, cede torpemente a la vulgaridad en varias escenas sexuales explícitas que fracturan la elegancia y la sutileza psicológica del resto del film. Por otra parte, y como sucede en la obra de Tamaro, se da una excesiva primacía a los sentimientos sobre la razón, de modo que la continuada infidelidad matrimonial que confiesa la abuela y las tormentosas relaciones con su hija están descritas sin demasiada nitidez moral.
Estos excesos, unidos a una cierta falta de trascendencia -que provoca un deficiente entendimiento del cristianismo-, son los principales defectos de esta notable película, por lo demás, de gran belleza estética y muy sugestiva en su inquietante disección de los efectos disolventes de la mentira, el egoísmo y la falta de autoridad en las relaciones familiares y sociales.
Jerónimo José Martín
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